La intervención con la familia es un acompañamiento en una crianza consciente y conectada.

El objetivo es comprender la etapa evolutiva en la que se encuentra el niño o la niña, y aprender a escuchar lo que expresa a través de su conducta y sus emociones.

Trabajamos la comunicación desde la calma, la amabilidad y la presencia, acompañando sus emociones sin juicio.

Buscamos ofrecerles seguridad, escucha y un acompañamiento que les ayude a desarrollar las habilidades necesarias para afrontar las dificultades de la vida.

  • Respeto mutuo. Empezando por respetarnos a nosotros mismos. Respetar las necesidades de la situación y con amabilidad respetar las necesidades del menor.
  • Identificar la creencia detrás del comportamiento. Reconocer las razones que hacen actuar a la persona de cierta manera y trabaja para cambiar esa creencia, en lugar de intentar cambiar solamente el comportamiento.
  • Educación que enseñe habilidades y valores para el futuro (que no sea permisiva ni punitiva)
  • Enfocarse en soluciones en lugar de castigos.
  • Alentar en lugar de alabar. Tener en cuenta el esfuerzo y la mejoría, no simplemente el éxito y los resultados. Construye autoestima a largo plazo y estimula.

La importancia de la mirada
Yo sé que existo
porque tú me imaginas.
Soy alto porque tú me crees
alto, y limpio porque tú me miras
con buenos ojos,
con mirada limpia.
Tu pensamiento me hace
inteligente, y en tu sencilla
ternura, yo soy también sencillo
y bondadoso.
Pero si tú me olvidas
quedaré muerto sin que nadie
lo sepa. Verán viva
mi carne, pero será otro hombre
-oscuro, torpe, malo- el que la habita…
Ángel González